14 de agosto de 2008

Jack Kerouac: "Hay algo que sé hacer: escribir historias. Eso es todo"

A Jack Ke­rouac (1922-1969), las academias literarias le reconocen un estilo espontáneo, apasionado y sin pausas, comparándolo con la música de jazz pero con tinta negra y papel blanco. En 1951 escribió en tres semanas (y en un rollo de télex) una endemoniada travesía por las carreteras de Estados Unidos que tituló "On the road" (En el camino), que con el tiempo -tras su publicación en 1957- se convertiría en el manifiesto de la "Beat Generation" (Genera­ción Beat) y en un clásico de la literatura norteamericana. Kerouac, autor además de algunos notables y populares relatos e innumerables poesías, llegó a mediados de 1967 con algunas copas de más a esta entrevista televisiva que Fernand Seguin (1922-1988), conductor del programa "Sel de la semaine" (Sal semanal), le hiciera para la emisora "Radio Canadá".Jack Kerouac, usted es famoso en los Estados Unidos por los dieciséis libros que publicó. ¿Lo tradu­jeron en cuarenta y siete países?

Sí, a dieciséis idio­mas.

Dieciséis idiomas... Para los fran­co-canadienses que lo conocen, usted sigue siendo, aunque no lo quiera, un franco-norteamericano. Nació en Lo­well, Massachusetts, de padres franco-canadienses. Y antes de hablar de su carrera de escritor y de cómo llegó a ella, nos gustaría saber cómo era la infancia de un franco-norteamericano en Lowell.

En Lowell teníamos pequeños barrios canadienses...

¿Lo que se llama el "pequeño Cana­dá"?

No, eran barrios para obreros. El pequeño Canadá era uno, sí... No nos quedábamos ahí. Ibamos del otro lado del río. Peor: era igual, como quedarse en Canadá. Co­míamos cremonas, torti­tas, íbamos a las escuelas parroquiales...

¿Qué hacía su padre?

Tenía una imprenta.

¿Qué imprimía?

Cartas, papeles de la semana política, diarios políticos sobre la ciudad. Era un lindo negocio. Lo perdió en la inundación de 1936.

¿Fue a la escuela francesa?

Sí, sí... a Saint Louis de France. Antes no ha­blaba inglés, tenía seis años.

¿Aprendió inglés a los seis años?

Sí...

¿Quiere decir que en su familia no hablaban en inglés?

Se hablaba francés en la cabaña, en la casa. Sí. Era un barrio lleno de france­ses.

En su primer libro, "The town and the city", usted muestra una familia que vive en un pueblo llamado Galloway...

Eso es Lowell, es ficticio, un arreglo ficticio. Nada más que dos hermanos, mi hermana, mi hermano.

Lo que cuenta en ese libro, esa espe­cie de unidad que había en la familia, el papel protector de la madre, ¿es verdad o es ficción?

Verdad. Sí. Mi padre era mi protec­tor. Mi madre también.

Su padre murió. ¿Qué edad tenía usted cuando murió?

Veinticuatro años.

¿Y su madre todavía vive?

Sí, Gabrielle Levesque. Es graciosa como una escoba.

Quisiera volver a Lowell... ¿Usted vive ahora en Lowell?

Sí, todo el tiempo.

¿Qué lo lleva a vivir en Lowell y no, por ejemplo, en Nueva York o San Fran­cisco?

¡Ahí conozco a todos los policías!

También conoce a todo el mundo, no sólo a la policía, porque todo el mundo lo conoce.

Mi mujer es griega y toda su familia viene de Lowell.

¿Su familia también es de Lowell?

Una gran familia: ¡tres­cientos griegos!

Ahora quisiera hablar de otro Jack Kerouac, del que dejó Lowell cuando era joven y empezó a recorrer los Estados Unidos, Méxi­co, Africa... El Kerouac viajero, quien llegó a ese libro que fue el principio de su consagración: "On the road". ¿De dónde venía ese gusto por los viajes?

Yo era un viejo aventure­ro bretón. No: aventurado. Los norteamericanos son aventurados, aventureros e independien­tes.

Pero usted lo fue un poco más que otros...

Con Neal Cassa­dy, mi amigo irlandés, sí. Mire, la historia de "On the road" no es la historia de dos beatniks. Es la historia de un ex jugador de fútbol ame­ricano. "Ex" quiere decir que yo estaba en el colegio, Columbia, dejé Lowell para ir a Columbia.

Ahí se rompió una pierna jugando al fútbol...

Sí, me rompí una pierna. El chico que manejaba el auto era un cowboy, un verdadero cowboy... ¡un caballo! Reco­rrimos los Estados Unidos buscando chi­cas, trabajo, amigos...

Y escribiendo también, porque "On the road"...

Cuando llegaba a casa, escribía.

Tardó tres años en escribir su prime­ra novela, "The town and the city".

Sí.

Pero "On the road" sólo le llevó tres semanas.

Bueno, descubrí la manera espon­tánea.

Sí, espontánea. Eso es la prosa "es­pontánea" de Jack Kerouac.

Cuando empezás una historia lo ha­cés de golpe, después comenzás una his­toria con los hombres, no paras para borrar. Seguís, seguís, seguís...

Incluso dicen que usted no compra­ba hojas, sino rollos de papel.

Así no cambias. Sí, los rollos eran para no tener que cambiar de página. Escribís en un gran rollo y seguís, se­guís. Podes hacerlo con los ojos cerrados.

¿"On the road" se escribió así, en rollos, sin parar, en tres semanas?

"Big Sur" también, "The Dharma Bums" también.

Pero el primero que garantizó su éxito, "On the road", lo convirtió en el fundador de la Beat Generation, expre­sión que inventó usted mismo.

Escuché a unos viejos negros que lo decían en el sur... Beat. En el sur de los Estados Unidos.

¿Con el sentido de aplastado, ven­cido?

Sí, pobres. Después fui a la pequeña iglesia de Santa Juana de Arco. De re­pente dije. "¡Ah! beat" Beato...

Beatitud...

Sí.

¿Entonces cambió de sentido?

Beato en italiano. Beatífico en francés.

¿No tenía también el sentido de "ritmo" de la orquesta de jazz?

Sí, además la orquesta, la percusión. No es importante. El nombre no es impor­tante. ¡Los chicos son importantes!

A partir del movimiento de la Beat Generation, que era un movimiento literario e incluso un movimiento poético...

¿Político?

Poético.

Bueno, ¡literario es poético!

Hay prosa pero también verso...

Ah, sí, sí...

A partir de ese movimiento cen­tral, que era literario, digamos, hubo parásitos que llegaron, gente que quiso parecer parte de ese movimiento.

"Bohemians"... Los "bohemians" llega­ron con sus barbas y sus sandalias. Se sentaban alrededor toda la noche, nos miraban, no hacían nada, no trabaja­ban... Yo trabajaba, escribía... hice todo tipo de trabajos. Fui periodista, una vez...

¿Ah, sí?

Todo eso me molestaba hace diez años. Venían los "bohemians" y después empezaron a aparecer los jóvenes. Se llamaban "New Generation", "Action Ge­neration", "Love Generation", "LSD Gene­ration"... Los de ahora son chicos, dieciocho, diecinueve años, no sé qué van a hacer. Soy dema­siado viejo para ser el padre de ellos, ya pasé los cuarenta y cinco años...

Pero si usted hoy tuviera veinte años, ¿haría lo mismo que hizo?

¡Ya lo hice!

Ultima pregunta: ¿Qué piensa Jack Kerouac de Jack Kerouac?

¿Qué pienso yo de mí? Bueno, sé que soy un buen escritor, un gran escritor. No soy un hombre valiente. Pero hay algo que sé hacer: escribir historias. Eso es todo.