15 de noviembre de 2008

Entremeses literarios (XIV)

CONGESTION EN LAS FOSAS OCEANICAS
Ana María Shua

Argentina (1951)

El problema empieza cuando el virus, desdeñando las células, ataca la estructura molecular misma del organismo cuyos átomos entran en un proceso de dispersión lento pero continuo como si fueran imanes que se repelen unos a otros. El primer síntoma es un curioso y sumamente parejo aumento de volumen del paciente que no va acompañado por un aumento de peso. En efecto, su masa no varía aunque al cabo de varias semanas se lo note perceptiblemente más alto y más gordo. Pronto se nota que la persona comienza a atenuarse y los familiares cercanos se quejan de su falta de nitidez. Si no se actúa a tiempo, la dispersión se acentúa hasta que las moléculas pierden cohesión. El enfermo ya no tiene apetito pero tampoco siente dolor. Antes de su completa desaparición queda reducido a una enorme mancha borrosa de cuya existencia es posible dudar, como si fuera una suerte de ilusión óptica.


ERROR
Achille Campanile
Italia (1899-1977)

Un día, hace muchos años, un individuo que había salido de su casa sin paraguas, se dio cuenta de que empezaban a caer algunas gotas.
- Debería volver a casa por el paraguas -él pensó, pero después se dijo:
- Bah! no serán más que cuatro gotas -y siguió andando por que tenía mucha prisa.
La lluvia empezó a caer. Entonces el individuo se refugió en un portal.
- Esperaré a que deje de llover -dijo-. Había empezado el diluvio universal.


ROEDORES Y CARNICEROS
Elías Canetti
Bulgaria (1905-1994)

Mi deseo más ardiente es ver cómo un ratón se come vivo a un gato. Pero tiene que estar jugando con él el tiempo suficiente.


CUENTO DE LUNES ENLOQUECIDO
Eugenio Mandrini
Argentina (1936)

- He venido a matarlo -dijo el empleado de más antigüedad.
- Sea realista -dijo el banquero, imperturbable-. Piense que veinte años atrás, podría haber comprado un fusil. Quince años atrás, una pistola 32. Diez años atrás, cuchillo de mesa. Pero hoy apenas le alcanza para un alicate, un desafilado y endeble alicate nacional. En suma, usted no está en condiciones de matar a nadie.
- Sin embargo, he venido a matarlo -dijo el empleado.
- Ridícula pretensión la suya -dijo el banquero-. Trae usted las manos vacías y no se le notan bultos sospechosos en los bolsillos...
- Aún así, voy a matarlo -dijo el empleado.
- ¿Pero cómo? -dijo el banquero, al fin intrigado-. ¿Cómo lo hará uted?
- Así -dijo el empleado y comenzó a desanudarse la vieja y sucia corbata endurecida como una soga.


EBRIAS
Jesús Ortega
Chile (1932)

Las mariposas al volar lo hacen muy erráticamente debido al néctar que beben en las flores. El néctar las mantiene embriagadas de manera permanente. Las personas de aguda capacidad auditiva refieren que en el silencio es posible escuchar el leve sonido de su hipo a cada desviación en la trayectoria de su vuelo.


LOS ANCIANOS FIELES
Javier Villafañe
Argentina (1909-1996)

- Otra vez ha entrado el mariposón -dijo la abuela-. Voy a espantarlo como todas las noches.
El mariposón volaba alrededor de una lámpara. Los nietos salieron del cuarto. La abuela cerró la puerta con llave y bajó las celosías de las ventanas. El mayor de los nietos se escondió para ver cómo la abuela espantaba al mariposón. Y vio al mariposón caminando por el espejo de la cómoda, quitarse las alas y sentarse en una silla. Y vio a la abuela abrir el armario y sacar unos bigotes, un sombrero y un frac. El mariposón sentado en la silla era un hombre desnudo y se vistió poniéndose de pie los bigotes, el frac y el sombrero. Y vio a la abuela sacar de una gaveta del armario unas trenzas y un traje de novia. La vio desnudarse y vestirse poniéndose las trenzas y el traje de novia. Y vio a sus abuelos como estaban en el retrato del comedor, sonriendo en un marco dorado. Después los vio volando, tomados del brazo, besándose, dando vueltas alrededor de la lámpara.


LAS HUELLAS
Lawrence Durrell
Irlanda (1912-1990)

Un camello exhausto se ha desplomado en mitad de la calle, frente a casa. Como pesa demasiado para transportarlo hasta el matadero, dos hombres armados de hachas lo despedazaron vivo ahí mismo. Los filos se hunden en la carne blanca, y la pobre bestia parece cada vez más triste, más aristocrática, más perpleja a medida que le cortan las patas. Por último, sólo queda viva la cabeza, los ojos abiertos que miran en torno. Ni un grito de protesta, ni una convulsión. El animal se somete como una palmera. Pero durante muchos días el barro de la calle queda empapado en sangre, y nuestros pies descalzos dejan sus huellas en esa humedad.


SIN SOMBRA DE DUDA
Lowell Thomas
Estados Unidos (1892-1981)

Durante el crudísimo invierno de hace seis años, un campesino vio un cuervo que aleteaba en lo alto, como si quisiera volar lejos, pero no avanzaba. La curiosidad del hombre creció cuando al amanecer, el cuervo seguía batiendo el aire inútilmente. Al tercer día, el pájaro seguía en las mismas. El campesino consultó a un veterinario y también a un socio del Club de Exagerados, quienes le dieron una explicación convincente: el tiempo había enfriado tanto que la sombra del cuervo quedó congelada. Cuando llegó el deshielo, el cuervo siguió su viaje.


EL LORO
Luis Franco
Argentina (1898-1988)

¡Qué lástima! He llegado al dominio de la palabra cuando ya el fonógrafo y el hombre la habían desacreditado.


ENTRE LAS VIRTUDES DE CHUANG TZU
Italo Calvino
Italia (1923-1985)

Entre las virtudes de Chuang Tzu estaba la habilidad en el dibujo. El rey le pidió que dibujase un cangrejo. Chuang Tzu dijo que necesitaba cinco años de tiempo y un palacio de doce sirvientes. A los cinco años aún no había empezado el dibujo. "Necesito otros cinco años", dijo Chuang Tzu. El rey se los concedió. Transcurridos diez años, Chuang Tzu tomó un pincel y en un momento, de un solo gesto, pintó un cangrejo, el cangrejo más perfecto jamás visto.