29 de diciembre de 2011

Néstor García Canclini: "La globalización funciona como una interdependencia conflictiva y para la que estamos poco preparados "

El antropólogo argentino Néstor García Canclini (1939) es profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana e investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores, ambos en México. Doctorado en Filosofía por las universidades de La Plata -su ciudad natal- y París, ha sido profesor visitante en las universidades de Nueva York, Stanford, Barcelona, París, San Pablo y Buenos Aires. Algunos de sus libros son: "Culturas híbridas"; "Las culturas populares en el capitalismo"; "Latinoamericanos buscando lugar en este siglo" y "Lectores, espectadores e internautas". García Canclini, quien está radicado en el Distrito Federal desde hace más de tres décadas, ha coordinado "Extranjeros en la tecnología y en la cultura", un volumen que contiene textos de investigadores de diversas disciplinas que abordan la resignificación de la condición de extranjero en un mundo donde la globalización no es necesariamente sinónimo de fronteras más abiertas y hospitalarias. El libro, que reúne trabajos de once autores de distintos países, incluye las distinciones teóricas de Alejandro Grimson; la circulación internacional de las artes visuales, según Andrea Giunta y Gerardo Mosquera; las experiencias de artistas "emigrados" como Pat Badani y Mariana Castillo Deball; el subtitulado de las películas según Arlindo Machado; y la propuesta utópica de Hervé Fischer de un "hiperhumanismo", entre otras disquisiciones alrededor de la metáfora de la extranjería y su impacto en el arte, la cultura y el uso cotidiano de la tecnología. "Migración, exilio y fronteras -sostiene García Canclini- son temas centrales en el arte, la literatura y las ciencias sociales, como consecuencia de los millones de desplazamientos ocasionados por motivos socioeconómicos y políticos. En los últimos años aparecen otras separaciones entre nativos y migrantes, nuevas formas de extranjería, no referidas sólo a separaciones geográficas. Se habla de la migración de lo analógico a lo digital: los jóvenes son nativos (digitales) en oposición a los inmigrantes (letrados) que deben aprender un nuevo lenguaje. También hay extranjeros nativos, como los disidentes o exiliados internos, o los migrantes que regresan a su sociedad natal y se sienten extraños. Los cambios tecnológicos y culturales generan formas de discriminación o exclusión aún dentro de la propia sociedad". "Las migraciones y extranjerías -agrega el antropólogo argentino- son campos propicios para revisar cómo representamos y comunicamos las experiencias, pues implican un modo radical de experimentar la incertidumbre y el pasaje de una manera de nombrar y decir a otra: esta discontinuidad es mayor si al ir a otro país cambia la lengua, pero ocurre también al pasar a otra sociedad que habla el mismo idioma con modulaciones distintas. O en el mismo país cuando en las transferencias simbólicas experimentamos abandonos y recreaciones del sentido. Los modos oblicuos de nombrar en las metáforas dan ingreso a esa trama escondida de significados, a otra densidad de la experiencia. El extranjero vive entre hechos que tienen otros nombres y nombres que perdieron sus hechos". García Canclini, quien es considerado uno de los pensadores latinoamericanos más influyentes, analizó los efectos de las nuevas tecnologías en la vida privada, el arte, la política y, en el caso de los que no logran incorporarlas, como una forma metafórica de ser extranjero, en la entrevista que le concedió a Bruno Massare para el nº 304 de la revista "Ñ" del 25 de julio de 2009.


Usted contrapone la suposición acerca de que el incremento de las comunicaciones mejorará los intercambios entre las naciones al hecho de que cada vez más las fronteras se "exasperan" y se deteriora la convivencia entre muchos países. ¿Puede advertirse este doble movimiento en el reciente brote de gripe en México en relación a la velocidad a la que circuló la información y a la reacción de otros países hacia México?

Fue una situación que demostró la fragilidad de los intercambios globales. Y también puso en evidencia en México y en otros países el desmantelamiento de los servicios públicos, como también pudo verse en la Argentina con el dengue. Entonces, en medio de estas situaciones de emergencia sanitaria se recurre a atrincheramientos ficticios. Mientras que la Organización Mundial de la Salud dice que no se soluciona nada cortando fronteras o suspendiendo vuelos, esto efectivamente se hace. En general, percibimos que la globalización no funciona como un proceso de reafirmación de las relaciones internacionales, sino más bien como una interdependencia conflictiva y para la que estamos poco preparados.

La globalización, de la mano de fenómenos como Internet, ¿instaló un imaginario de ciudadanía supranacional? ¿Actúa la Red, en tanto medio masivo de comunicación, como un homogeneizador de culturas?

La tendencia homogeneizadora claramente existe. Antes era una función que ejercían los Estados nacionales: homogeneizar culturalmente sus territorios, desconociendo diferencias étnicas o regionales. Ahora ocurre también a escala internacional. Aunque es algo más característico de otros medios masivos como la televisión. Porque en Internet hay una oferta muy diversa de bienes culturales. Creo que los imaginarios supranacionales no van en la línea de crear una suerte de ciudadanía supranacional, sino de estandarizar en pocos formatos modelos de consumo, algo que sin dudas han instalado las grandes marcas.

Usted habla de "localización múltiple" para referirse a la forma de hipercomunicación que se da actualmente a través de diversos medios como el correo electrónico, el teléfono, el celular e inclusive las redes sociales. ¿Estamos ante una redefinición de la división entre el ámbito público y privado de cada persona?

Sí, y creo que es uno de los procesos más dinámicos y transformadores de la actualidad. Es fascinante intentar prever qué consecuencias va a tener esta forma de comunicarnos. Y surgen nuevos conceptos: se habla de intimidad y extimidad, en el caso de esta última como la tendencia a externalizar la intimidad, fenómeno que va desde los "reality shows" hasta YouTube o redes sociales como Facebook. Sin duda responden a motivaciones muy variadas: uno percibe deseos de formar nuevas comunidades por descontento con las tradicionales, exhibicionismo, voyeurismo y búsqueda de emociones fugaces. Pero también genera efectos muy interesantes, como formas de comunicación muy fluidas.

¿Cómo evalúa el uso que los gobiernos y los políticos comienzan a hacer de Internet y de tecnologías como las redes sociales?

Algunos políticos tienen muy en claro la importancia de estos medios. La campaña de Obama demostró que él mismo y sus asesores tenían una familiarización con el lenguaje de la Red y que supieron usarlo con provecho. Habrá que ver si seguirán apoyándose en estas tecnologías como forma de consulta o de participación ciudadana, o si sólo fue un recurso electoral. Pero es una excepción, porque en general no hay un uso creativo acorde a las posibilidades de los nuevos dispositivos y lenguajes. Y esto tiene que ver con el envejecimiento de la clase política. Pero este desaprovechamiento también se da en la educación y se pudo ver claramente en México cuando se suspendieron las clases. ¿Por qué no había un plan de emergencia para epidemias o sismos con programas de educación remota, de modo que el maestro pudiera comunicarse digitalmente con sus alumnos, explicarles los acontecimientos, relacionarlos con los contenidos y encargarles tareas en la casa? Es evidente la desconexión que hay entre la educación y las nuevas posibilidades comunicacionales.

¿Cómo impacta en la producción artística la multiplicidad de soportes y la convergencia en ellos de contenidos que antes solían presentarse por separado, como textos, imágenes y videos?

Basta con ir a cualquier feria o bienal de arte en el mundo para ver cómo se mezclan los soportes, los recursos comunicacionales y cómo se está produciendo una desjerarquización de las clasificaciones de los géneros artísticos. No desaparecen la escultura o la pintura, pero cambia la vieja jerarquía entre lo escrito y lo visual, porque lo electrónico nos trae todo junto en la pantalla y el papel dejó de ser el único soporte de lectura.

En "Extranjeros en la tecnología y en la cultura", usted habla de modos metafóricos de ser extranjero y cita el caso de los extranjeros digitales: aquellos que no dominan las nuevas tecnologías. ¿En qué medida es una extranjería determinada por el mercado?

Los viejos condicionantes de la desigualdad sociocultural siguen operando: son los desniveles económicos y educativos. Pero, sin perder importancia, se redimensionan con nuevos hábitos y formas de sociabilidad que genera la tecnología. Muchos jóvenes saben usar computadoras aunque no las tengan. Un alumno de cuarto o quinto grado de primaria, de clase popular, puede ser capaz de acceder a formas muy sofisticadas de acceso a Internet, a diferencia de quienes son extranjeros digitales por una razón generacional.

En su crítica al sobredimensionamiento del nomadismo como ícono posmoderno de la globalización, cita estudios que señalan que sólo viaja el 3% de la población mundial. ¿Por qué cree que se extendió esta idea de que todo el mundo está en movimiento?

Fue un fenómeno de las décadas de los '80 y '90 y estuvo ligado al auge del posmodernismo. En "Extranjeros en la cultura...", tratamos de analizar cuántos viajan, adónde, para qué y no confundir en un mismo paquete a turistas, migrantes documentados, indocumentados, jóvenes que van a hacer posgrados y artistas, y también analizar lo que llamamos los viajes virtuales y las extranjerías metafóricas. Es decir, estas formas de sentirse o de hacer sentir extranjeros a algunos en la propia ciudad. Porque no se eliminan las fronteras, sino que se multiplican, son móviles y permeables pero a veces también más agresivas. Entonces, tenemos que volver a preguntarnos qué significa ser extranjero. Es preciso analizar cómo funcionan las extranjerías situacionales, que a veces tienen que ver no sólo con aquel que está lejos o del otro lado de la frontera, sino también con aquel que está cerca, que es "otro" porque desafía nuestros modos de percepción y significación.

¿Qué queda del sueño latinoamericanista? En uno de sus textos dice que lo latinoamericano es más una tarea que una identidad o una esencia. ¿Hay un proceso de descomposición en América Latina?

Es interesante observar los enormes contingentes latinoamericanos que viven fuera de sus países. En algunos, como México, Ecuador o Uruguay, el 15 o 20% de su gente vive fuera de América Latina. La noción de latinoamericanidad se desdibuja. No es que se fueron y ya no cuentan; mantienen relaciones fluidas con los que quedaron. Están las remesas, como vínculo económico, pero también podemos hablar de remesas culturales: vínculo y transmisión de información. En cuanto a la utopía latinoamericanista, actualmente hay pocas condiciones para gestas heroicas. Predomina la inestabilidad, la descomposición social interna, la pérdida de prestigio de los partidos políticos y otras formas de desintegración que corroen las viejas formas de integración o crean otras nuevas y perversas, como sucede con el narcotráfico. Y luego están los arreglos ocultos de los gobiernos, que sabotean los discursos y documentos integradores y se atrincheran en supuestos intereses nacionales.

Usted nació y estudió en la Argentina, pero pasó buena parte de su vida en México. ¿En qué medida se siente extranjero en uno o en ambos países?

Estoy por cumplir treintitrés años en México. Tengo las dos nacionalidades y logro sentirme cómodo con la doble pertenencia. Desde el '83 voy a la Argentina una o dos veces por año. Hago trabajos allí, interactúo con mucha gente y tengo excelentes amigos. Uno sufre pérdidas, pero también se enriquece la mirada. Probablemente a mí nunca se me hubiera ocurrido la noción de "culturas híbridas" si me hubiera quedado en la Argentina. Fue el resultado del desgarramiento, del intento por juntar culturas como las varias argentinas y las varias mexicanas. Quizás estas dificultades están en el origen de que haya coordinado este libro sobre extranjerías.