7 de septiembre de 2013

Erik Olin Wright: "La tradición marxista sigue siendo esencial para el debate sobre las estructuras de desigualdad, dominación y explotación existentes, y las posibilidades de su transformación" (1)

Representante del marxismo analítico, el sociólogo estadounidense Erik Olin Wright (1947) es fundamentalmente conocido por su revisión de la teoría marxista de las clases sociales, al postular que además de los bienes de capital que Marx consideró, en las sociedades de capitalismo avanzado también es posible hablar de bienes de organización y bienes de cualificación. Los primeros se refieren a la posición jerárquica en la empresa, mientras que los segundos hacen referencia a las credenciales educativas. Quienes detentan estos bienes pueden explotar al resto de la fuerza de trabajo pero, al mismo tiempo, ser explotados por quienes detentan los bienes de capital. Esto hace que las nuevas clases medias se hallen en posiciones contradictorias de clase y que, dependiendo de diversas circunstancias sociales, se orienten más hacia una conciencia proletaria o a apoyar al capital. Fue en la segunda mitad de los años '90 cuando comenzó a investigar de forma sistemática sobre las posibilidades del cambio social, estudiando primero la estructura social y la desigualdad propia de las sociedades industriales avanzadas para pasar después a buscar las posibilidades reales de superación de las injusticias sociales. En este sentido, ha sido un digno heredero de la teoría crítica, y su trabajo sobre la profundización de la democracia tiene la inspiración que esa orientación le ha proporcionado durante sus largos años como destacado intelectual. Doctorado en la University of California, Berkeley, Wright es actualmente profesor de Sociología en la University of Wisconsin, Madison, y presidente de la American Sociological Association. Ha publicado, entre otros, "The politics of punishment. A critical analysis of prisons in America" (La política de castigo. Un análisis crítico de las prisiones en Estados Unidos), "Class, crisis and the State" (Clases, crisis y Estado), "Class structure and income determination" (Estructura de clases y determinación del ingreso), "Classes" (Clases), "Class counts. Comparative studies in class analysis" (Balance de clases. Estudios comparativos en el análisis de clases) y "Envisioning real utopias" (Imaginando utopías reales). La siguiente entrevista, a cargo de Modesto Gayo y Andrea Cerda, fue publicada en 2012 en el nº 27 de la Revista de Sociología que edita la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.


Empecemos hablando acerca del pasado. ¿Qué le parece que aún sigue siendo valioso del pensamiento de Marx para el análisis de nuestra sociedad?


Cambiaría la pregunta. Esta es por supuesto siempre una buena estrategia. No es
exactamente la pregunta correcta, ya que usted hace la pregunta acerca de una persona, 
Marx. Yo preferiría que la pregunta fuese, ¿qué es lo valioso en la tradición marxista? 
Cuando usted piensa en la biología evolutiva, no diría qué es lo valioso en el trabajo de Darwin, sino que preguntaría qué es lo valioso en la tradición de trabajo científico que él inició. Por lo tanto, mi primer punto es que considero que hay mucho de valioso en la tradición marxista, pero muchas de las cosas que son valiosas no son cosas sobre las que Marx necesariamente habría puesto tanto énfasis. Así, por ejemplo, Marx pasa mucho tiempo en su trabajo más sofisticado desarrollando y utilizando la teoría del valor-trabajo, la cual no pienso que sea particularmente útil. Marx intentó desarrollar una teoría comprehensiva de la historia denominada materialismo histórico, la que tampoco pienso sea realmente una explicación adecuada de la estructura general de la historia humana. Aunque hay muchos puntos específicos en sus argumentos que me parecen interesantes, no creo que
la estructura de esa teoría general sea adecuada. Por lo tanto, si usted hiciera una lista de
los argumentos del propio Marx, muchos de ellos yo tendría que tacharlos, o decir que no
son tan útiles. Sin embargo considero que la tradición marxista sigue siendo el lenguaje
y el terreno de debate esencial acerca de preguntas realmente fundamentales sobre las
estructuras de desigualdad, dominación y explotación existentes y las posibilidades de
su transformación. Para mí el núcleo esencial de lo que se trata esta tradición es acerca de la crítica del capitalismo como un sistema de dominación y explotación. El análisis de clase es la segunda parte clave de la tradición, tanto porque es un aspecto central de la crítica del capitalismo en sí, como porque el análisis de clase es una parte central de la teoría de la transformación o del cambio social. Así, la crítica del capitalismo es el primer ingrediente, el análisis de clase el segundo, y el tercero es lo que yo llamaría una visión normativa más allá del capitalismo. El propio Marx argumentó en contra de las visiones normativas. Rechazó las teorías de la justicia y fue a veces bastante desagradable en sus visiones de los discursos morales, pero aún así el trabajo de Marx está lleno de discurso moral y de una pasión por la justicia social, aunque a él no le gustaba describir su trabajo de esa manera. Me parece que una característica esencial de la tradición marxista es mantener vivo un ideal normativo más
allá del capitalismo. La crítica del capitalismo, el análisis de clase, y una visión normativa
más allá del capitalismo (lo que ha sido vagamente llamado socialismo en algún sentido u
otro), son lo que creo define la tradición marxista, y cada uno de estos tres elementos son
de absoluta importancia en el mundo hoy en día.

Hablemos ahora acerca del futuro. ¿Cuál cree que podría ser el futuro del marxismo académico? ¿En qué áreas podría ser útil en el futuro previsible?

Supongo que un problema clave respecto del "marxismo académico" tiene que ver con
las ideas versus el rótulo. El marxismo académico como una corriente intelectual autodefinida
ha llegado a ser bastante marginal. No existen muchos académicos serios que anuncien
en la primera página de sus libros: "esto es una contribución al marxismo". Pero las ideas
marxistas creo que siguen siendo centrales para mucho trabajo académico. Una gran parte
de las discusiones críticas sobre la globalización, por ejemplo, y sobre la naturaleza de la
penetración capitalista global a través del mundo y de sus dinámicas de acumulación, están profundamente imbuidas de las ideas marxistas en su contenido y razonamiento, a pesar de que, en estos días, la gente no lo reconozca así. Una gran parte del análisis de la política contemporánea que enfatiza la importancia de las corporaciones y de la riqueza en la
configuración de las opciones políticas y la importancia de las redes sociales entre las élites
en la restricción de las instituciones democráticas, tiene básicamente un carácter marxista. Eso es esencialmente lo que parece un análisis de clase de la política democrática. Por lo tanto, considero que el análisis de clase de inspiración marxista sigue siendo una parte viva de la sociología política y de las discusiones políticas. Las teorías de la acumulación del capital
a escala mundial continúan siendo una parte central de las teorías de la globalización y en
muchas otras áreas también. Podemos identificar tipos específicos de ideas cuyo "pedigree" es marxista pero ya no autoconscientemente encasilladas como marxistas.

Entonces el marxismo, como solía ser, ha muerto, pero ha sido una inspiración para nuevas preocupaciones.

Sí, creo que eso es correcto. Por supuesto no ha muerto completamente; hay lugares
y personas que continúan tratando de mantener el sentido de esto siendo una tradición
intelectual viva coherente, más bien que sólo como un conjunto de ideas que flotan por ahí.
Por lo tanto, no es que el marxismo haya desaparecido completamente. Además creo que
ha sido históricamente verdadero, si llega un momento en que haya movimientos sociales
a gran escala dentro de los cuales el marxismo se convierta en una parte central de sus
ideologías, no sólo el trabajo intelectual de los académicos. Entonces eso daría un nuevo
impulso a una tradición marxista autoidentificada.

Y pensando acerca del posible desarrollo y aplicación de las ideas marxistas, ¿considera que los intelectuales tienen una responsabilidad particular por lo que ocurre en la sociedad o por la sociedad tal como es?

Tienen un rol particular. Las personas tienen responsabilidades morales, no sólo los
intelectuales; todas las personas tienen responsabilidades morales cuando viven en un
mundo de injusticias y sufrimiento, sufrimiento y daño innecesarios. Las personas tienen
una responsabilidad como agentes morales de responder a tales imperativos morales. La
pregunta acerca del problema específico que enfrentan los intelectuales, entonces, debería
ser puesta de esta manera: ¿cuál es el rol de un intelectual respecto de esta responsabilidad
humana? Y considero ahí que la responsabilidad de los intelectuales es la de clarificar la
naturaleza de los dilemas morales en los sistemas sociales que enfrentamos. Esto lo que llamo
el problema del "diagnóstico". Vivimos en un mundo en el cual tenemos masas de pobreza junto con una extraordinaria riqueza. Ese es un hecho inequívoco; no se tiene que ser un radical de izquierda para darse cuenta de esto: el rasgo característico de la vida contemporánea, tanto a una escala global como dentro de los países ricos, es la yuxtaposición de extrema pobreza con riqueza masiva. Ahora considero que eso es un espantoso y moralmente inaceptable estado de cosas. La responsabilidad de un intelectual entonces, con respecto a ese estado de cosas, es proveer un diagnóstico de lo que lo está causando.

¿Cuáles son las estructuras subyacentes que generan este patrón y qué se puede hacer al respecto?

Esto implica articular una visión de alternativas. Los intelectuales tienen el tiempo y las habilidades para avanzar en cada uno de estos tres problemas centrales que sostengo: el diagnóstico de los problemas existentes, el prever una alternativa, y pensar acerca de la transformación. La responsabilidad de los intelectuales es reforzar nuestra comprensión de estos temas. Pero no creo que tengan más responsabilidad por la sociedad que cualquier otra persona. Sólo tienen habilidades particulares, por lo tanto pueden contribuir de una forma especial a hacer algo al respecto.

¿Y cuál debería ser el rol de los intelectuales que se identifican a sí mismos como verdaderos teóricos críticos?

Bueno, el rol del crítico es ser un crítico. Quiero decir, no conozco otro.

Pero, ¿tienen responsabilidades particulares?

No.

¿No? La primera pregunta era sobre los intelectuales en general, pero esta es acerca de los que se identifican a sí mismos como teóricos críticos. ¿Deben hacer algo si quieren continuar siendo teóricos críticos, en vez de sólo decir que lo son?

La responsabilidad que especifiqué para los intelectuales se aplica a los teóricos críticos
también. No creo que ser un teórico crítico agregue responsabilidad adicional; es sólo que
está viviendo esa responsabilidad de una manera diferente, esto es, directamente abordando
estas preocupaciones morales, y tratando de producir nuevo conocimiento. Por lo menos
si se es un sociólogo, eso ayudará a avanzar en nuestra capacidad de hacer frente a estos
problemas.

Esta pregunta apuntaba a diferenciar los intelectuales conservadores de los teóricos críticos…

Mi visión es que los intelectuales conservadores tienen la responsabilidad moral de dejar
de ser conservadores, y los neoliberales tienen la responsabilidad moral de entrar en razón.

Si mencionamos las influencias que su pensamiento ha recibido de otros intelectuales, ¿cuáles de los teóricos críticos lo han influido en mayor medida? ¿Y acerca de qué temas?

Bueno, en términos de fuentes clásicas, obviamente cuando era joven leí mucho a Marx y eso ciertamente fue influyente. Diría que de los pensadores contemporáneos, las personas
que he leído por las cuales me he sentido más estimulado en vías que me llevaron a pensar
las cosas de manera distinta serían Claus Offe, de Alemania; Gerald A. Cohen, de Gran Bretaña, y Adam Przeworski, originalmente de Polonia pero desde los sesenta en los Estados Unidos (creo que es bien conocido en América Latina, particularmente su trabajo más temprano, no tanto el trabajo que ha desarrollado en los últimos veinte años más o menos). También he sido influido por John Roemer de una forma peculiar. Él es un economista marxista estadounidense con quien me he enfrascado en interminables discusiones, a menudo difiriendo bastante fuertemente. Pero considero que su implacable rigor, aunque sea de un tipo que no me gusta especialmente, me ha ayudado a avanzar en mi propio trabajo.

¿Y qué me dice acerca de otros autores? Quiero decir novelistas…

¿Otros autores? No sé si puedo realmente dar un listado muy coherente. Hay muchas
personas a las que admiro y leo, pero no sé cómo pueden haber influido en mi pensamiento.

Quizás políticos, u otras personas que puedan haberlo inspirado...

Pienso que he aprendido más de mis estudiantes en el constante e interminable diálogo
sobre ideas que de grandes figuras particulares. Por lo tanto, esos teóricos sociales que
mencioné son personas que escribieron piezas de trabajo muy específicas. Agregaría a esa
otra lista a Göran Therborn, a quien leí en los setenta y a principios de los ochenta. Su
libro acerca del Estado y la ideología ciertamente me influenció. Y estoy seguro que podría
agregar nombres particulares, pero esas figuras y otras entran a través de la conversación, el
diálogo y el debate, no tanto porque sienta que estoy fuertemente influenciado por figuras
particulares. Ha sido increíblemente importante para mí el haber tenido tal magnífica corriente de estudiantes de postgrado con quienes he trabajado en los últimos treinta años, que me han forzado a ser lúcido y a entrar en diálogo con ellos.